Gabriela Collado

Terapeuta Holística. Maestra Espiritual. Coach en Relaciones. Terapia PNL. Transgeneracional. Biodescodificación. Risoterapia. Reiki Master. Terapia Metamórfica. Registros Akashicos. Tarot Evolutivo. Canalizaciones. Terapias y Talleres Vivenciales (Presenciales y On Line). Conferencista. Seminarios Motivacionales.

lunes, 22 de junio de 2015

Amor vs Sacrificio

Amor y Dolor - Edvard Munch
Hemos creado un culto al sufrimiento. Sufrir está bien visto, disfrutar no.
Asociamos determinadas situaciones al sufrimiento y si no sufrimos por ellas, o los demás no nos ven sufrir por ellas, entonces algo está mal en nosotros.
Por ejemplo, si me entero de la muerte de un ser querido, automáticamente en mi mente se activa un programa que dice; "sufrimiento" y mi cerebro prepara a mis emociones para llorar, angustiarme e, incluso, desesperarme. ¿Quiere decir esto que no debe dolerme la muerte de un ser querido? Dependerá mi educación y mis creencias. No responderé a su muerte sino a mis creencias.
En muchas culturas originarias de América, cuando un niño nacía, los familiares lo lloraban durante tres días y cuando algún miembro del clan moría, se hacía una fiesta. Cuando alguien parte de este plano, en realidad, lloramos por nosotros, no por el ser que parte. Nos angustia su ausencia física de nuestro lado.
Siempre podemos elegir de qué modo vamos a ver las cosas y, del modo que elijamos verlas, será la respuesta emocional que obtengamos.
En muchísimas ocasiones he escuchado que Amar a alguien es sacrificarse por esa persona. El amor asociado al sufrimiento forma parte de una creencia colectiva muy arraigada, por eso muchos huyen a las relaciones.
Amor no es sacrificio.
Amar a alguien no debe suponer un sufrimiento si no, por el contrario, se trata de un sentir natural.
"Amar es sacrificarse por el otro", pero ese sacrificio no es el de dejarnos de lado por el otro, si no el de sacrificar al ego frente al otro, derribar la barrera del miedo que incluye el propio deseo e interés.
La palabra sacrificio viene del latín (sacro + facere) y significa hacer sagradas las cosas, honrarlas, bendecirlas, entregarlas al servicio de la Gran Conciencia.
En ningún caso sacrificio significa dolor o pérdida. Ese sentido se lo ha ido dando nuestro ego en su negativa a amar sin condiciones, por el simple y maravilloso hecho de amar.
He aquí la urgencia de desaprender la distorsión que hemos fabricado en torno a todas las cosas.

Eres tu, somos nosotros.

Gabriela Collado - Anarel

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