Gabriela Collado

Terapeuta Holística. Maestra Espiritual. Coach en Relaciones. Terapia PNL. Transgeneracional. Biodescodificación. Risoterapia. Reiki Master. Terapia Metamórfica. Registros Akashicos. Tarot Evolutivo. Canalizaciones. Terapias y Talleres Vivenciales (Presenciales y On Line). Conferencista. Seminarios Motivacionales.

lunes, 26 de abril de 2021

Que me importe lo importante




Antes quería que me importara menos lo que tanto me importaba. Ahora quisiera que me importe más lo que ya no me importa. Es como si se me hubieran caído todos los manuales de la vida en medio de un vendaval, se hubiesen desparramado sus hojas y, al juntarlas, se hubieran mezclado lo importante y lo superfluo. ¿Cómo vamos a ordenarlas? Sería tarea imposible e infructuosa y, además, carente de sentido. ¡A la mierda los manuales! Ya no hay manuales y ahora la vida ha de volverse intuitiva, como los nuevos teléfonos móviles. La verdad es que a veces tengo dudas de si no me importa lo que debería, de no darme cuenta si es que no me está importando lo importante. A lo mejor lo importante es no darme cuenta o dudar. Y, sinceramente, me importa un pito. Me importa lo que me importa ahora, lo que me llena, lo que me inspira, lo que me coloca de mi parte. ¡Qué miserable manía la de pensar por los demás! Romperse por los demás, encajar en sus pequeñas aspiraciones. No me malinterpretes, aunque tampoco me importa, no saldré a repartir maldades y egoísmos a diestra y siniestra, ya hay cupo para eso, simplemente estaré del lado del que le importe importarse, del que le importe un pepino la versión deluxe de la vecina del cuarto, del que se arriesgue a vivirse. Es que, para encajar en la Cajita Feliz de un payaso diabólico que cuenta monedas a costa de mis alas rotas y sangrantes, rebozadas y con salsa barbecue, paso. No puede importarme menos todo aquello que va contra natura, lo que exige de mi incoherencia para sostenerse, lo que no nutre el alma, lo que tuerce las sonrisas y detiene la música. Me importan tres carajos las falsas seguridades hechas para entrar en cajas de madera de abedul. Seguramente todavía me venga importando algo que ya no debería importarme. Todo a su tiempo. Lo importante es que me importe lo importante que no es mucho y sencillito: lo que me hace sentir viva.

Gabriela Collado

jueves, 22 de abril de 2021

¿Quién va a prepararnos para el amor?




Nos han preparado para lo mediocre y asesinado la belleza, tanto, que nos cuesta creer que el paraíso es posible aquí y ahora.
¿Cuántos aman realmente la verdad?
Es más fácil enseñar el pesimismo que el optimismo. Es más fácil convencer del miedo que de la eternidad de la vida.
Veo lo que creo que es verdad, no la verdad.
Cuántos maestros ignorados y asesinados porque me resulta más cómodo lo mediocre. Se me acomoda mejor la ignorancia colectiva. "Mal de muchos, consuelo de tontos."
Inspirar es tomar aire. Inspirar es volver a nacer en cada instante. La inspiración es beber de la fuente original que me da vida.
¿Qué me inspira? ¿Para qué vale la vida respirar?
Es difícil respirar en un mundo que quiere dejarte sin aire. Que te reprocha si quieres más. "¡Con qué poco nos conformamos!", me decía mi madre, como si fuera meritorio.
Quiero la excelencia de Dios, su belleza, su abundancia, su amor, su presencia, su aliento absoluto. Está ahí para mí, para ti, ahora. No vine a estar muerta. Vine a expresar su grandeza.
Yo Soy Él. Yo Soy Eso.
¡Eh! ¿A dónde vas? ¿Quién te has creído que eres para pensar por ti misma? ¿Para pedir lo mejor?
Aún no hemos comprendido la hondura de su enseñanza. Y, así, seguimos asesinando al mensajero porque no tenemos el valor de revelar en nosotros el poder de su mensaje.
Nos convertimos en el brazo del dictador que nos somete para callar al otro, para seguir dormidos. ¿Qué así duele menos? ¿Por qué compras dolor?
¿Quién va a prepararnos para el Amor?

Gabriela Collado

martes, 20 de abril de 2021

Ojalá no te debas nada




Nos enseñaron a aceptar nuestras condiciones con resignación a fin de mantener el status quo.
Nos inculcaron mantener estructuras que nos hacen infelices, a costa de sostener a todo un sistema.
El individuo desaparece, no en pos del beneficio colectivo, sino de la resignación mutua que se pasea indolente por las calles grises.
No nos enseñaron a incluirnos en el bienestar. ¿Soy feliz? ¿Es aquí donde deseo estar?
¿Tiene sentido sostener una infelicidad personal en sacrificio de un sistema mayor?
Me sacrifico, muero en vida, me anulo para que la rueda indolente de lo establecido no se detenga.
¿Qué sería lo otro?
¡Egoísta! Te gritan cuando dejas de darles lo que esperan de ti.
¿Sabes qué? Ojalá no te debas nada, a ti. No importa si lo que te hace feliz no es lo que yo quiero. Importa que estés en aquel lugar donde puedes ser tú en tu máxima expresión y expandirte.
Me dirás ¿existe eso? ¿Se puede realmente? ¿Quién lo ha conseguido? Creo que se puede y, si aún no del todo, al menos es a lo que deberíamos aspirar. Lo contrario es fomentar una sociedad de frustrados, tristes, infelices.
¿Quién puede dar calidad a los que ama si no es capaz de desplegar su ser para dar su mayor luz?
Ojalá no te debas nada, para que puedas darlo todo sin abandonarte.
El sacrificio es hacer sagrado lo que tocas, no apagarte para que otros puedan estar tranquilos.
¿Crees que Jesucristo se anuló? Creo que si lo hubiera hecho se hubiera quedado en un lugar cómodo en donde no fuera perseguido. Por suerte para la humanidad, derramó todo su ser y su luz sobre esta Tierra.
Alguien me preguntó cuándo se le pierde el miedo a la muerte.
Cuando no te debes nada.
Pero para eso debes saber quién eres.

domingo, 11 de abril de 2021

El Yo es Dios experimentando la materia





No concibo a Dios separado de las cosas. En mi cosmografia personal no existe un dios inalcanzable y selectivo.
Es la fuerza Viva que todo lo toca.
Es la Verdad que subyace bajo cada creación.
Recuerdo que cuando mi hija era pequeñita se negaba rotundamente a decir la palabra Dios porque creía que era una mala palabra. No era para menos, creciendo en una cultura que para insultar usa esa misma palabra.
No estoy hablando de religión, hablo de algo más sagrado, más profundo, sin las formas distorsionadas de lo mundano.
Sin esa conexión, la vida nos es ajena. El destino nos arrastra desde la inconsciencia, de manera indolente.
Conectar con la corriente divina del Tao hace imposible que no amemos la vida.
Somos el mismo Dios experimentando la belleza de estar vivos a cada instante.
Gabriela Collado