Muchas veces, cuando la mente quiere entender algo, lo destruye. Nadie llega a la verdad intelectualmente. La verdad se descubre haciéndose añicos, revelando de qué átomos estamos hechos, reordenando las partes, llorando los pedazos perdidos y creando del barro los nuevos. Uno ama amando no fantaseando sobre el amor. No es la idea del amor la que nos transforma, es revolcarme dentro, tocarlo y dejarme tocar, el vértigo y el pavor de soltar cualquier forma, necesidad, seguridad, creencia. Es decir sí a las ganas de estar vivo. Solo puedo sentir la vida traspasando a través de mí cuando amo y me dejo amar. Ninguna vida merece vivirse con miedo. Finalmente, sólo soy cuando soy amor.
Gabriela Collado
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