Gabriela Collado

Terapeuta Holística. Maestra Espiritual. Coach en Relaciones. Terapia PNL. Transgeneracional. Biodescodificación. Risoterapia. Reiki Master. Terapia Metamórfica. Registros Akashicos. Tarot Evolutivo. Canalizaciones. Terapias y Talleres Vivenciales (Presenciales y On Line). Conferencista. Seminarios Motivacionales.

domingo, 9 de agosto de 2015

Las relaciones están aquí para hacerte consciente, no para hacerte feliz

Beyond appearances. Óleo de Fidel García
Esta vez quiero compartir un texto que no es mío, pero tiene un sentido y es que está escrito desde la visión de un hombre en cuanto a su relación con las mujeres.
En los círculos de espiritualidad me he encontrado más de una vez con personas que se perdían a la hora de manejar el tema del desapego y el permitirse mantener una relación con otra persona. Yo misma lo he confundido durante un tiempo. Equivocadamente creía que si alcanzaba el desapego ya no tendría ningún sentido tener una relación de pareja o enamorarme. Luché con eso en mi cabeza bastante, no quería perderme ese maravilloso estado que surge cuando te enamoras de alguien.
Un día leí un escrito de Osho en el que decía algo así como que, cada vez que te enamoras de alguien, te enamoras de todo el Universo, porque en ese estado de enamoramiento se diluyen las barreras de la separación entre tu y el mundo y, ese otro de quién te enamoras, es tan sólo un catalizador para que eso suceda.
Alcanzar el desapego no significa que debas deshacerte de cualquier sentimiento hacia otra persona, el desapego en las relaciones se refiere, en realidad, a las dependencias y las codependencias. Una relación sin apegos no es una relación sin sentimientos, sino sin "necesidad" de que el otro te complete o te haga feliz.
Permitirse enamorarse, de otro ser humano, de uno mismo, de la vida, es un viaje a lo más profundo de nuestra hermosa humanidad, un viaje que hace que nos sintamos completamente vivos.
Pero mejor dejaré que el texto elegido complete esta nota por sí solo.
El maestro espiritual Eckhart Tolle dice, 'Las relaciones están aquí para hacerte consciente, no para hacerte feliz'.
Yo, personalmente, anduve vagando en el desierto por muchos años; por la estéril tierra del desapego espiritual, del intento de apartarme del cuerpo,del neo-Advaita, negando al mundo y sintiéndome superior ('¡Yo estoy mucho más iluminado, más consciente, más libre de ego que tú, simple mortal!).
Pero volver a la realidad, en este mismo suelo, con toda su confusión, con sus íntimas relaciones humanas - ahí es donde la verdadera aventura de la vida comienza.
Las relaciones comenzaron a sacar a la superficie todo lo que dentro de mí había estado tratando de evitar, esconder, o reprimir ante los demás por años y años, cosas que no encajaban con una imagen 'espiritual', con la imagen de un'hombre iluminado'. Resultaba sumamente doloroso y humillante mostrar una y otra vez que no lo había 'logrado', que en realidad no existía ninguna 'línea final', que las energías aún no iluminadas seguían rugiendo en mi interior,energías que aún no había podido aceptar, energías que anhelaban salir a la luz, fragmentos desesperados por sentirse amados y aceptados en un hogar que incluyera las relaciones.
Independientemente de lo doloroso y humillante que fue, este camino resultó ser asombrosamente liberador. El 'hedor de la iluminación' (como Mariana Caplan lo llama) no tiene la capacidad de soportar el fuego de una relación honesta.Clichés como 'no hay un yo', 'sólo hay consciencia', y 'todo es perfecto' no sirven de nada cuando tu más íntima amiga está parada frente a ti, con todo su corazón, pidiéndote una conexión honesta y vulnerable, sin mierda de por medio.No hay ningún sitio en donde nos podamos esconder, ningún sitio al que podamos salir corriendo. Ella verá a través de tus juegos y te llamará la atención cuando te atrevas a mentir.
Gracias a todas ustedes, fuertes, inteligentes, preciosas mujeres que me enseñaron cómo amar y cómo escuchar, y gracias por hacer que éste sea un camino sin fin...
Jeff Foster

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