Gabriela Collado

Terapeuta Holística. Maestra Espiritual. Coach en Relaciones. Terapia PNL. Transgeneracional. Biodescodificación. Risoterapia. Reiki Master. Terapia Metamórfica. Registros Akashicos. Tarot Evolutivo. Canalizaciones. Terapias y Talleres Vivenciales (Presenciales y On Line). Conferencista. Seminarios Motivacionales.

lunes, 29 de febrero de 2016

Aceptar

 
 
Es tan relajante saber que no tienes nada que cambiar, ningún lugar al que llegar.
Aceptar como uno es, como las cosas son, es un término mucho más amplio que “conformarse”.
Aceptar no es conformarse o resignarse. Aceptar es, en primer lugar, dejar de querer que algo sea como no es, dejar de resistirse a una verdad que tenemos frente a nuestros ojos (internos y externos).
Cada vez que aceptamos lo que es dejamos de luchar. Esa es la lucha interna que nos comporta sufrimiento: no aceptar lo que es.
Esa resistencia es como querer escapar de uno mismo. Eso hacemos cuando no nos amamos, huir de nosotros mismos, rechazarnos, abandonarnos, no aceptarnos. Por eso miramos hacia afuera en lugar de mirar dentro, por eso nos medimos con los demás comparándonos, creyendo que somos en la medida en que nos reconocen y también en la que nos juzgan (para bien y para mal). Necesitamos existir para el otro porque no estamos existiendo para nosotros mismos.
Las crisis son el límite de esas resistencias. Ocurren cuando la cuerda se tensa tanto que de un lado queda lo que es y del otro lo que quiero.
Aceptar es recibir (ad-captare / hacia-tomar) lo que es y soltar la tensión de la cuerda, dejar de tirar de ella. Si la cuerda se rompe, entonces caeré junto con lo que quiero (que no es lo que es), es decir que me quedaré estancada en mi necedad y, probablemente, enferme con ella o, mejor dicho, “de ella”. Toda enfermedad (malestar) es una resistencia.
Y ¿cómo sé que lo que es (eso a lo que me resisto), es la verdad y no algo que un otro está imponiéndome, ya sea una persona, una cultura, una creencia limitante, etc.?
Cualquier cosa que venga de fuera es un “no yo”, es lo que “no soy”, una ilusión y la verdad sólo puede ser lo que “soy”, si no deja de ser verdad para mi.
No hablo de la verdad para mi mente, que es la que me lleva a la resistencia, hablo de la verdad suprema para mi ser.
Esa verdad está en el corazón y no en la mente y es muy fácil distinguir una de otra porque la primera te aporta paz.
Todo lo que tenías que hacer era aceptarte como eres, amar en ti lo que eres, sin imponerte condiciones, reglas y rigideces; sólo así podrías encontrarte frente a alguien que te ame como eres en verdad y dejarías de proyectar rechazo y abandono fuera.
No tienes nada que cambiar en ti, nada que arreglar, nada que sanar; sólo tienes que amar, dejar de resistirte y no temer.
La resistencia y el temor te alejan del amor, es decir que te alejan de ti.
Tu reino es el reino del corazón y es allí donde debes permanecer.
Cada vez que quieres aferrar algo (o a alguien) externo a ti acabas soltándote a ti mismo; tus manos dejan de estar libres para recibir lo que en “verdad” es tuyo, para ti.
Recuerda que aceptar es recibir y aferrar (a-ferrar / hacia-hierro) es poner grilletes; por lo tanto eres esclavo de aquello a lo que te aferras.
No puedes tenerte si estás intentando tener cualquier otra cosa que no seas tu. Sólo puedes “tenerte” a tí mismo y así recibir lo que eres, lo que es como tu, afín a ti, para ti.
Aceptar es también, pues, soltar lo que no eres y, ese soltar, es liberarte de los grilletes que tú mismo te habías impuesto.

jueves, 25 de febrero de 2016

Je suis ce te joindre avec tout le monde...


 
Cada día se descorre un velo.
A veces ocurre en forma de milagro.
Otras nos zarandea la porfía de sostener la ilusión.
Pero una ilusión sólo es eso, una quimera demente.
Para habitar el corazón han de aceptarse las verdades,
entrar con humildad en su casa y no temer.
Hoy brindo por los milagros y celebro la reunión de las almas...
...más allá del sueño.


Yo Soy lo que se une con todo el mundo...

Gabriela Collado


domingo, 21 de febrero de 2016

Enamora-miento

 
 
Los gallardos de la mente están hechos para enredarte, son hábiles embaucadores; el hedonismo es su única finalidad.
El palcer por el placer acaba siendo autodestructivo, como todo aquello en donde no habita el equilibrio. Por eso, si no tienes paciencia en los ciclos de la vida y deseas quedarte en la comodidad de los placeres, acabarás engañándote a ti mismo.
Todo lleva al cambio porque la rueda gira; porque no hay espiral posible de escalar sin movimiento.
No se puede vivir un “amor” desde la mente eso no es amor sino una vana ilusión.
Observa a tu enamorado/a, observa si es un objeto de devoción, un capricho para aplacar tu soledad.
Enamorarse de otro no es amar a otro. Enamorarse de otro es un espejismo, es creer que tu amor está afuera, en esa otra forma y que depende de su presencia o su ausencia, de su correspondencia o no, de lo que pueda ofrecerte o quitarte.
Pones tu amor fuera de ti, pierdes tu poder.
A veces lo que creemos sea estar enamorado/a de alguien es, en realidad, una auto-violación porque ese otro pasa a ocupar todos nuestros espacios, nuestras decisiones. Pensamos por el otro “¿qué pensará?”, actuamos por el otro “¿qué espera de mi?”. “Él/ella quiere”, “él/ella dice”, él/ella hace o no hace”... Y, así, vamos abandonándonos, dejamos de escuchar lo que nosotros pensamos, lo que esperamos. El “yo quiero” pasa a ser “él/ella quiere”.
Y, en ese abandonarnos tan inconsciente, comenzamos a arrastrarnos para obtener esa mínima dosis de “amor” que él o ella quiera darnos.
Y, más imploro por esa dosis, más me abandono y, más me abandono, menos recibo, o recibo lo que estoy eligiendo ser: “abandono” y el otro comienza a abandonarme, a no tenerme en cuenta.
Entonces lo culpamos y sufrimos, decimos que al otro no le importamos cuando, en verdad, siempre hemos sido nosotros mismos los que nos hemos ido abandonando, ignorando, prostituyendo por una mirada, una caricia, violando nuestros propios deseos.
Desanda el camino. ¿En qué lugar has decidido abandonarte? ¿En qué momento?
Ve a buscarte. Recuerda quién eres y qué quieres y no vuelvas a ceder en ello para que una ilusión pueda encajar en tu vida.
El amor no se busca desesperadamente allí fuera, el amor se cultiva dentro, con uno, en uno.
La paciencia es una cualidad de ese amor. El saber decir un NO a tiempo es amarte.
Nadie va a darte lo que tu no te das.
Y, cuando recuerdes amarte a ti por sobre todas las cosas, comenzarás a vibrar en ese amor, brillarás de tal modo que tu compañero/a (el/la que te corresponda) sabrá reconocerte y ya no te importará la forma que ese amor tome (amigos, pareja, hermanos, compañeros...) porque el AMOR no es forma sino contenido, porque estés donde estés y con quién estés estarás siempre en pareja contigo y allí no existe abandono posible, ni miedo (que es el olvido del amor).
Y, cuando se reconozcan y se tomen de la mano...
Bueno, allí comienza otra extraordinaria aventura.
¿Estás dispuesto/a a vivirla?
 
Gabriela Collado

miércoles, 17 de febrero de 2016

Aceptar el equilibrio



Cada vez que me enfado estoy queriendo controlar algo.
Estaría bien que observara qué es eso que quiero controlar.
Tengo que comprender que no puedo (ni debo) controlarlo todo, que existen muchísimas cosas que escapan a mi alcance, que no sé qué es lo mejor para mí y, mucho menos, para otro. Que cada uno tiene una experiencia que vivir de determinada manera y que la vida es más sabia que yo.
Existe una perfección, un orden y un equilibrio que escapan a mi concepción de dichas palabras.
Soltar el control es aceptar esto.

sábado, 13 de febrero de 2016

El jardín interior



Dónde pones tu atención, pones tu energía y, allí donde pongas tu energía es lo que verás florecer.
Observa tus prioridades y podrás saber hacia donde estarás avanzando.
Si quieres conocer realmente a alguien observa esto con atención y no hará falta que le preguntes nada.
Aquel cuya prioridad es la conciencia no obviará la auto-observación y cumplirá gustoso con las tareas que lo lleven a sí mismo.
Si, en cambio, toma el camino del olvido, la distracción lo perderá una y otra vez en el juego de los juicios.
El primero verá florecer el amor en su jardín, el segundo se verá atacado por sus propias ramas.
Cuida tu jardín interior para que el amor quiera habitar en él.

viernes, 12 de febrero de 2016

Consejos al espejo


Si usted quiere decir algo, dígalo.
Si quiere saber algo, pregunte.
Si lo que tiene para decir no sumará amor en el otro, mejor haga silencio.
No suponga, no se haga el misterioso para que el otro le pregunte, no insinúe.
Los valientes son directos, no anidan pájaros en su cabeza para cerrar sus círculos y conjeturar sospechas que sólo viven en su mente.
La claridad es una cualidad del corazón.
Y, si han sido claros con usted y no ha sabido ni querido escuchar, no invente recovecos en los que esconderse.
No se lamente y aprenda.
Sea honesto consigo mismo que aquí no hay nadie más.
Sepa de una vez que el silencio le enseñará muchas cosas.

¡Brilla!

 
Tu amor es luz pura y brillante, no hay modo de esconderlo.
No es lo que sabes, es lo que eres.
Es lo que se produce en los demás al contacto contigo.
Brilla.
Yo te amo.
Y brillo y amo a través de tí.
Nada hay más humano y celestial a la vez.
Nada hay más sagrado.
Eso hemos venido a hacer aquí.

domingo, 7 de febrero de 2016

Inspiración

 
 
Hoy los Ángeles Serranos nos regalan esta palabra: INSPIRACION. 
Inspirar es recibir el aire oxigenado a través del aliento. La inspiración sería la acción de respirar hacia adentro. 
Pero no sólo se refiere al mecanismo de oxigenar nuestros pulmones sino también a la acción de iluminar nuestro espíritu. No olvidemos que el “aliento divino” hace referencia al espíritu (Sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente: con este aliento divino el hombre se convirtió en un ser vivo, al igual que otras formas de vida animal (el término nefesh chay se utiliza en Génesis 1:21 y aquí). Sin embargo, sólo el hombre es un ser vivo creado a imagen de Dios (Génesis 1:26-27). 
Entonces Dios creó al hombre, poniendo Su aliento, Su Espíritu, dentro de él. 
Podemos decir, pues, que la inspiración es el instante previo a cualquier creación y que sin inspiración no hay creación, sólo será una repetición de acciones mecánicas y conocidas que darán como resultado lo mismo de siempre. 
Me siento isnpirada cuando permito que “aires nuevos” ingresen en mí y me impulsen a seguir viviendo (creando vida). 
Cuando el aire está viciado mi respiración se vuelve dificultosa y el intercambio que se produce en mis pulmones no puede ofrecer nada nuevo al exterior. 
Yo creo mi vida y mi mundo en cada exhalación. Cada exhalación es aire transformado que yo ofrezco al exterior. Si no suelto el viejo oxígeno, no permitiré que la inspiración traiga vida nueva. 
¿Qué es lo que estoy respirando? ¿Cuál es el aire viejo que no estoy soltando y con el que sigo llenándome? 
Para hallar inspiración he de renovar el aire, cambiar de ambiente, de pensamientos, creencias, abrir las ventanas y permitir que entren nuevas ideas. 
Nadie puede respirar por mí y, si bien alguien puede “alentarme” en algún momento, la inspiración es algo que deberé buscar en mí misma. Es la conexión con mi espíritu. 
En cada inspiración que hago tengo la oportunidad de volver a elegir. Si inspiro miedo, mis creaciones me devolverán ese miedo transformado en ataque, violencia, rabia, odio... 
Si en mi próxima inspiración tomo conciencia y elijo inspirar amor, estaré creando la melodía que siempre he deseado escuchar. Mi melodía es única y es la que he venido a compartir con el mundo. No tengo que bailar el ritmo de nadie ni memorizar y repetir unas notas que no son mías. 
Sólo el corazón, es decir mi espíritu, mi inspiración, entiende mis ritmos y armonías. 
Dejemos que sea él quien nos INSPIRE. 
¿Ya oyes su canción?