Las emociones naturales son aflicción, ira, envidia, temor y amor y, cuando se reprimen, producen
reacciones y respuestas no naturales. Casi toda la gente reprime las emociones
más naturales. No obstante, éstas son sus amigas. Éstas son sus dones. Éstas
son sus herramientas divinas con las que pueden crear su experiencia.
Reciben estas herramientas al nacer y son para ayudarlos a
negociar la vida.
¿Por qué la mayoría de al gente reprime estas emociones?
Les enseñaron a reprimirlas, les dijeron que lo hicieran.
¿Quiénes?
Sus padres, las personas que los criaron.
¿Por qué? ¿Por qué hicieron eso?
Porque sus padres se los enseñaron y a sus padres se los
enseñaron los suyos.
Sí, sí, pero, ¿por qué? ¿Por qué continúa?
Lo que continúa es que la paternidad es ejercida por
personas no adecuadas.
¿Qué quieres decir? ¿Quiénes son las “personas no
adecuadas”?
La madre y el padre.
¿La madre y el padre son las personas no adecuadas para
criar a los hijos?
Sí, cuando los padres son jóvenes. Sí, en la mayoría de los
casos. En realidad, es un milagro que muchos de ellos hagan el buen trabajo que
llevan a cabo.
Nadie está peor equipado para criar a los niños que los
padres jóvenes. La mayoría de los padres asumen la tarea de la paternidad con
muy poca experiencia en la vida. Apenas acaban de ser educados. Todavía buscan
respuestas e indicios.
Ni siquiera se han descubierto a sí mismos; no obstante,
tratan de guiar y de proporcionar descubrimiento a otros, incluso más
vulnerables que ellos. Ni siquiera se han definido a sí mismos y se les confía
el acto de definir a otros.
****
Todavía tratan de superar lo mal que sus padres los
definieron.
Ni siquiera han descubierto Quiénes Son y tratan de decirles
quiénes son ustedes. La presión es muy grande para ellos para hacerlo bien; ni
siquiera pueden dirigir “correctamente” sus vidas. Por lo tanto, dirigen todo
mal: sus vidas y las vidas de sus hijos.
Si tienen suerte, el daño a sus hijos no será demasiado. Los
hijos lo superarán, aunque tal vez no antes de transmitir algún daño a sus
hijos.
Casi todos ustedes obtienen la sabiduría, la paciencia, la
comprensión y el amor para ser padres maravillosos después que terminan sus
años de paternidad.
¿Por qué es esto? No lo comprendo. Me doy cuenta que Tu
observación es correcta en muchos casos, pero, ¿por qué en este?
Porque nunca se tuvo la intención de que los jóvenes que dan
vida a los niños fueran educadores de niños. Sus años para criar niños deberían
empezar en realidad ahora que ya terminaron.
Todavía me siento un poco perdido aquí.
Los seres humanos son biológicamente capaces de crear niños
cuando ellos mismos son aún niños, lo cual quizá les sorprenda saberlo a la
mayoría de ustedes, pues lo son durante 40 o 50 años.
¿Los seres humanos son “niños” durante 40 o 50 años?
Sí, desde cierta perspectiva. Sé que resulta difícil
mantener esto como tu verdad, pero mira a tu alrededor. Quizá los
comportamientos de tu raza podrían ayudar a demostrar Mi punto de vista.
La dificultad yace en su sociedad. A los 21 años les dicen
que son “mayores” y están listos para enfrentar el mundo. A esto hay que añadir
el hecho de que a muchos de ustedes los criaron madres y padres que no tenían
más de 21 años de edad cuando empezaron a criarlos. Puedes empezar a comprender
el problema.
Si se esperara que las personas que dan vida a los niños
también los educaran, ¡no podrían darles vida hasta que tuvieran cincuenta
años!
Se esperaba que el dar la vida fuera una actividad de los
jóvenes, cuyos cuerpos están bien desarrollados y fuertes. Se esperaba que el
criar a los niños fuera una actividad de los mayores, cuyas mentes están bien
desarrolladas y fuertes.
En su sociedad han insistido en hacer responsables de criar
a los niños a las personas que les han dado la vida, con el resultado de que no
sólo han dificultado mucho el proceso de la paternidad, sino que distorsionaron
muchas de las energías que rodean al acto sexual.
¿Podrías explicarlo?
Sí.
Muchos seres humanos han observado lo que Yo observe aquí.
Esto es, que muchos seres humanos, quizá la mayoría, no son realmente capaces
de criar a los niños cuando son capaces de tenerlos. Sin embargo, al descubrir
esto, los humanos eligieron exactamente la solución errónea.
En lugar de permitir que los jóvenes disfruten el sexo y si
produce hijos, que las personas mayores los eduquen, dicen a los jóvenes que no
tengan sexo hasta que estén listos para aceptar la responsabilidad de criar a
los hijos. Han hecho que sea “malo” para ellos tener experiencias sexuales
antes de ese tiempo y, de esta manera, crearon un tabú alrededor de lo que se
intentaba fuera una de las celebraciones más placenteras de la vida.
Por supuesto, la prole presta poca atención a este tabú y
por un buen motivo: es totalmente no natural obedecerlo.
Los seres humanos desean tener pareja y copular tan pronto
como sientan la señal interior que les indica que están listos. Ésta es la
naturaleza humana.
Sin embargo, su pensamiento acerca de su propia naturaleza
estará más relacionada con lo que ustedes, como padres, les han dicho sobre lo
que sienten en su interior. Sus hijos los buscan para que les digan lo que es
la vida.
Cuando sienten sus primeras urgencias de mirarse a
hurtadillas, de jugar inocentemente uno con el otro, de explorar las
“diferencias” mutuas, los observan en busca de señales sobre esto. ¿Es “buena”
esta parte de su naturaleza humana? ¿Es “mala”? ¿Se aprueba? ¿Se debe reprimir?
¿Sofrenar? ¿Desalentar?
Se observa que lo que muchos padres han dicho a sus hijos
sobre esta parte de su naturaleza humana tiene su origen en muchas cosas: en lo
que les dijeron; lo que dice su religión; en lo que piensa su sociedad, en
todo, excepto en el orden natural de las cosas.
En el orden natural de su especie, la sexualidad se presenta
entre los 9 y los 14 años. Desde los 15 en adelante, está muy presente y la
expresan casi todos los seres humanos. Así se inicia una carrera contra el
tiempo, con los niños corriendo en estampida hacia la liberación plena de su
propia y alegre energía sexual y los padres apresurándose para detenerlos.
Los padres necesitan toda la asistencia y todas las alianzas
que puedan encontrar en esta lucha, puesto que, como se ha indicado, le piden a
sus hijos que no hagan algo que es parte de su naturaleza.
Así, los adultos han inventado toda clase de presiones
familiares, culturales, religiosas, sociales y económicas, así como
restricciones y limitaciones para justificar sus demandas poco naturales a sus
hijos. Los niños han crecido aceptando que su propia sexualidad no es natural.
¿Cómo algo que es “natural” puede ser tan vergonzoso, siempre evitado, tan
controlado, mantenido a raya, restringido, frenado y negado?
Considero que exageras un poco en esto. ¿No crees que estás
exagerando?
¿En realidad? ¿Cuál crees que es el impacto que recibe un
niño de cuatro o cinco años, cuando sus padres ni siquiera utilizan el nombre
correcto para ciertas partes de su cuerpo? ¿Qué le dicen al niño acerca de su
nivel de comodidad con eso y cuál consideran que debe ser el suyo?
Uh...
Sí... “uh...”, en verdad.
“No empleamos esas palabras”, como mi abuela solía decir. Es
sólo que “pipí” y “pompis” suena mejor.
Eso es sólo porque tienen demasiada “negatividad” ligada a
los nombres reales de esas partes del cuerpo que rara vez utilizan las palabras
en una conversación común.
Por supuesto, en la edad temprana, los niños no saben por
qué sus padres sienten de esta manera, sino que sólo se quedan con la
impresión, la impresión a menudo indeleble de que ciertas partes del cuerpo “no
son buenas” y que cualquier cosa relacionada con ellas no sólo es vergonzosa,
sino que es “mala”.
A medida que los niños crecen y llegan a la adolescencia,
comprenden que esto no es verdad, pero entonces les hablan en términos muy
claros sobre el vínculo entre embarazo y la sexualidad y acerca de cómo tendrán
que educar a los niños, por lo que ahora tienen otro motivo para sentir que la
expresión sexual es “mala” y así se completa el círculo.
Esto ha causado confusión en su sociedad, así como estragos.
Esto siempre es el resultado de juguetear con la naturaleza.
Han creado la vergüenza sexual, la represión y el pudor, lo
que ha conducido a la inhibición sexual, a la disfunción y a la violencia.
Como sociedad, siempre estarán inhibidos por eso que los
avergüenza; siempre serán disfuncionales con comportamientos que han reprimido
y siempre actuarán con violencia, como protesta porque les hacen sentir
vergüenza por algo que en su corazón saben no deberían sentirla.
Entonces, Freud tenía razón cuando dijo que gran parte de la
ira en la especie humana podría estar relacionada con la sexualidad (una ira
profunda por tener que reprimir los instintos físicos básicos y naturales, así
como los intereses y las necesidades.
Más de uno de sus psiquiatras se ha aventurado bastante. El
ser humano está enfadado porque sabe que no debe sentir vergüenza por algo que
se siente tan bien y, sin embargo, siente culpa y vergüenza.
Primero el ser humano se enfada con el Yo por sentirse muy
bien respecto a algo que se supone que obviamente es “malo”.
Entonces, cuando al fin comprende que ha sido víctima del
engaño, que se supone que la sexualidad debe ser una parte maravillosa,
honorable y gloriosa de la experiencia humana, se enfada con los demás: con los
padres, por reprimirlo; con la religión, por avergonzarlo; con los miembros del
sexo opuesto, por desafiarlo y con toda la sociedad, por controlarlo.
Por último, se enfada consigo mismo, por permitir que todo
esto lo inhiba.
Gran parte de esta ira reprimida se canaliza hacia la
construcción de valores morales distorsionados y desencaminados, en la sociedad
en la que ahora viven, una sociedad que glorifica y honra con monumentos,
estatuas, timbres conmemorativos, películas, fotografías y programas de
televisión, algunos de los actos de violencia más feos del mundo, pero que oculta
o, peor aún, que desprecia algunos de los actos de amor más hermosos del mundo.
Todo esto (todo esto) ha surgido de un solo pensamiento: que
las personas que tienen hijos, tienen también la responsabilidad de criarlos.
Entonces, si las personas que tienen hijos no son
responsables de educarlos, ¿quién lo es?
Toda la comunidad, con énfasis especial en las personas
mayores.
¿Las personas mayores?
En las razas y sociedades más avanzadas, las personas
mayores crían a los niños, los alimentan, los entrenan y les transmiten la
sabiduría, las enseñanzas y las tradiciones de su raza. Más adelante, cuando
hablemos sobre algunas de estas civilizaciones avanzadas, tocaré de nuevo este
tema.
En una sociedad donde no se considera “malo” producir hijos
a una edad joven (porque los ancianos de la tribu los crían y, por lo tanto, no
existe un sentido abrumador de responsabilidad y carga), no existe la represión
ni la violación ni la desviación ni la disfunción social y sexual.
¿Existen tales sociedades en nuestro planeta?
Sí, aunque han estado desapareciendo. Han tratado de
erradicarlas, de asimilarlas, porque las consideran bárbaras. En lo que ustedes
llaman sociedades no bárbaras, los niños (las esposas y los esposos) se
consideran como una propiedad, como posesiones personales. Por lo tanto, las
personas que tienen hijos deben criarlos, porque deben cuidar eso que “poseen”.
Se considera que la raíz de muchos de los problemas de su
sociedad es esta idea acerca de que los cónyuges y los hijos son posesiones
personales, que son “suyos”.
Más adelante examinaremos todo este tema de la “propiedad”,
cuando exploremos y discutamos la vida entre los seres sumamente evolucionados.
Por el momento, sólo piensen en esto durante un minuto. ¿Cualquier persona está
emocionalmente preparada para criar a los hijos en el momento en que está
físicamente lista para tenerlos?
La verdad es que la mayoría de los seres humanos no están
equipados para criar a los niños incluso cuando tienen 30 y 40 años y no debe
esperarse que lo estén. En realidad, no han vivido lo suficiente como adultos
para transmitir una sabiduría profunda a sus hijos.
Ya he escuchado eso con anterioridad. Mark Twain habló sobre
esto. Se dice que comentó: “Cuando yo tenía 19 años, mi padre no sabía nada.
Sin embargo, cuando yo tenía 35, me sorprendió cuánto había aprendido mi
padre”.
Lo captó a la perfección. Nunca se tuvo la intención de que
sus años jóvenes fueran para enseñar la verdad, sino para reunir la verdad.
¿Cómo pueden enseñar a los niños una verdad que todavía no han acumulado?
Por supuesto que no pueden. Por lo tanto, sólo les dirán la
verdad que conocen, la verdad de otros, la de sus padres, sus madres, su
cultura y su religión. Sólo su propia verdad. Todavía la están buscando.
Buscarán, experimentarán, encontrarán, fracasarán, formarán,
y reformarán su verdad, su idea sobre ustedes mismos, hasta que hayan
permanecido medio siglo en este planeta o casi este tiempo.
Entonces, quizá al fin empiecen a establecerse con su
verdad. Es probable que la verdad más grande que acepten sea que no existe una
verdad constante; esa verdad, como la vida en sí, es algo que cambia, algo que
crece y evoluciona. Entonces, cuando piensen que el proceso de la evolución se
detuvo, no se ha detenido, sino que en realidad apenas se inició.
Sí, ya comprendí eso. Tengo más de 50 y ya llegué a ese
punto.
Bien. Ahora eres un hombre sabio, una persona mayor. Ahora
debes criar hijos o mejor aún, dentro de diez años. Son las personas mayores
las que deben criar a los niños y eso fue lo que se intentó.
Son las personas mayores las que conocen la verdad y la
vida; lo que es importante y lo que no lo es; lo que significa en realidad
términos tales como integridad, honestidad, lealtad, amistad y amor.
Comprendo lo que has tratado de explicar aquí. Es difícil
aceptarlo, pero muchos de nosotros apenas hemos pasado de ser “niños” a
“estudiantes”, cuando ya tenemos hijos propios y sentimos que tenemos que
empezar a enseñarlos. Entonces suponemos que debemos enseñarles lo que nos
enseñaron nuestros padres.
Así, los pecados del padre pasan al hijo, incluso hasta la
séptima generación.
¿Cómo podemos cambiar eso? ¿Cómo podemos terminar el ciclo?
Dejen la educación de los niños en las manos de las
respetables personas mayores. Los padres pueden ver a sus hijos cuando lo
deseen, incluso vivir con ellos si así lo deciden, pero no son los únicos
responsables de su cuidado y educación. Las necesidades físicas, sociales y
espirituales de los niños las satisface toda la comunidad, con la educación y
los valores que ofrecen las personas mayores.
Más adelante en nuestro diálogo, cuando hablemos sobre otras
culturas en el universo, veremos algunos nuevos modelos para vivir. No
obstante, estos modelos no funcionarán en la forma como tienen estructuradas en
la actualidad sus vidas.
¿Qué quieres decir?
Quiero decir que no sólo es la paternidad lo que están
haciendo con un modelo inefectivo, sino toda su forma de vida.
Una vez más, ¿a qué te refieres?
Se han alejado uno del otro. Han separado sus familias,
desmantelado sus comunidades más pequeñas, a favor de ciudades enormes. En
estas ciudades enormes hay más personas, pero menos “tribus”, grupos o clanes
cuyos miembros consideran que su responsabilidad es incluir responsabilidad
para todos. En realidad, no tienen ancianos. No al alcance de la mano.
Aún peor que alejarse de las personas mayores, las han
apartado, las han marginado, les han quitado su poder e incluso se sienten
agraviados por ellas.
Sí, algunos miembros de su sociedad se sienten agraviados
por las personas mayores que hay entre ustedes, aseguran que de alguna manera
desangran el sistema, exigen beneficios que los jóvenes tienen que pagar con
porcentajes de sus ingresos cada vez mayores.
Es verdad. Algunos sociólogos predicen una guerra de
generaciones, en la que se culpará a las personas mayores por requerir cada vez
más, mientras contribuyen cada vez menos. Ahora hay mucho más ciudadanos
mayores, puesto que los “baby boomers” se aproximan a la vejez y la gente en
general vive más tiempo.
Sin embargo, si las personas mayores no contribuyen, esto se
debe a que no les han permitido contribuir. Les han pedido que se retiren de
sus trabajos, cuando podrían proporcionarle algún bien a la compañía. Les piden
que se retiren de una participación más activa y significativa en la vida,
justamente cuando su participación podría dar algún sentido a los
procedimientos.
No sólo en la paternidad, sino también en la política, en la
economía e incluso en la religión, donde las persona mayores tenían al menos un
punto de apoyo, se han convertido en adoradores de la juventud, en una sociedad
que aparta a los ancianos.
Su sociedad se ha convertido en una sociedad singular y no
en una plural. Esto es, en una sociedad formada por individuos y no por grupos.
Al individualizar y rejuvenecer a su sociedad, perdieron mucho de su riqueza y
recursos. Ahora carecen de ambos y muchos de ustedes viven en una pobreza y
agotamiento emocionales y psicológicos.
Te preguntaré de nuevo, ¿hay alguna forma en que podamos dar
fin a este ciclo?
Primero, reconozcan que es real. Muchos de ustedes viven en
negación. Muchos de ustedes fingen que lo que es así, simplemente no lo es. Se
mienten así mismos y no desean escuchar la verdad, mucho menos expresarla.
Sobre esto hablaremos también más adelante, cuando
examinemos las civilizaciones de seres sumamente evolucionados, porque esta
negación, este fracaso de observar y reconocer esto no es algo insignificante.
Si en verdad desean cambiar las cosas, espero que Me escuchen.
Ha llegado el momento de decir la verdad, sencilla y simple.
¿Estás listo?
Lo estoy. Por eso vine a Ti. Por eso se inició toda esta
conversación.
Con frecuencia, la verdad resulta incómoda. Sólo conforta a
aquellos que no desean ignorarla. Entonces, la verdad no sólo se vuelve
confortante, sino también inspiradora.
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