Y esto a lo que llamas
vida no es más que un juego; un holograma que vas imprimiendo como una
secuencia fotográfica. Los ojos, el recuerdo, la mente, las impresiones
emocionales, las creencias... van conformando lo que para ti es un todo. Es
sólo una parte, una posibilidad y, a la vez, un todo en sí mismo. Todo lo
contiene.
Pero existe un vacío, un punto de observación, atravesando los sentidos, más allá del pensamiento, más allá de lo que tu crees que eres, mucho más allá del insignificante yo y a la vez aquí mismo y ahora.
Quizá el poder de una decisión. Si. No. Tal vez la magia de una no-decisión.
Le llamas vida y es que lo es, pero es un juego del que tu puedes ser el prestidigitador o la marioneta.
La diferencia está en el punto de mira.
Pero existe un vacío, un punto de observación, atravesando los sentidos, más allá del pensamiento, más allá de lo que tu crees que eres, mucho más allá del insignificante yo y a la vez aquí mismo y ahora.
Quizá el poder de una decisión. Si. No. Tal vez la magia de una no-decisión.
Le llamas vida y es que lo es, pero es un juego del que tu puedes ser el prestidigitador o la marioneta.
La diferencia está en el punto de mira.
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