Hoy los Ángeles Serranos nos regalan esta palabra: INSPIRACION.
Inspirar es recibir el aire oxigenado a través del aliento. La inspiración sería la acción de respirar hacia adentro.
Pero no sólo se refiere al mecanismo de oxigenar nuestros pulmones sino también a la acción de iluminar nuestro espíritu. No olvidemos que el “aliento divino” hace referencia al espíritu (Sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente: con este aliento divino el hombre se convirtió en un ser vivo, al igual que otras formas de vida animal (el término nefesh chay se utiliza en Génesis 1:21 y aquí). Sin embargo, sólo el hombre es un ser vivo creado a imagen de Dios (Génesis 1:26-27).
Entonces Dios creó al hombre, poniendo Su aliento, Su Espíritu, dentro de él.
Podemos decir, pues, que la inspiración es el instante previo a cualquier creación y que sin inspiración no hay creación, sólo será una repetición de acciones mecánicas y conocidas que darán como resultado lo mismo de siempre.
Me siento isnpirada cuando permito que “aires nuevos” ingresen en mí y me impulsen a seguir viviendo (creando vida).
Cuando el aire está viciado mi respiración se vuelve dificultosa y el intercambio que se produce en mis pulmones no puede ofrecer nada nuevo al exterior.
Yo creo mi vida y mi mundo en cada exhalación. Cada exhalación es aire transformado que yo ofrezco al exterior. Si no suelto el viejo oxígeno, no permitiré que la inspiración traiga vida nueva.
¿Qué es lo que estoy respirando? ¿Cuál es el aire viejo que no estoy soltando y con el que sigo llenándome?
Para hallar inspiración he de renovar el aire, cambiar de ambiente, de pensamientos, creencias, abrir las ventanas y permitir que entren nuevas ideas.
Nadie puede respirar por mí y, si bien alguien puede “alentarme” en algún momento, la inspiración es algo que deberé buscar en mí misma. Es la conexión con mi espíritu.
En cada inspiración que hago tengo la oportunidad de volver a elegir. Si inspiro miedo, mis creaciones me devolverán ese miedo transformado en ataque, violencia, rabia, odio...
Si en mi próxima inspiración tomo conciencia y elijo inspirar amor, estaré creando la melodía que siempre he deseado escuchar. Mi melodía es única y es la que he venido a compartir con el mundo. No tengo que bailar el ritmo de nadie ni memorizar y repetir unas notas que no son mías.
Sólo el corazón, es decir mi espíritu, mi inspiración, entiende mis ritmos y armonías.
Dejemos que sea él quien nos INSPIRE.
¿Ya oyes su canción?
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