Gabriela Collado

Terapeuta Holística. Maestra Espiritual. Coach en Relaciones. Terapia PNL. Transgeneracional. Biodescodificación. Risoterapia. Reiki Master. Terapia Metamórfica. Registros Akashicos. Tarot Evolutivo. Canalizaciones. Terapias y Talleres Vivenciales (Presenciales y On Line). Conferencista. Seminarios Motivacionales.

jueves, 18 de mayo de 2017

Distinguiendo los apegos



Desapego también es dejar que cada uno asuma sus propias decisiones y acciones. Es dejar de querer hacerte cargo de responsabilidades ajenas.
Apego es pensar que yo sé qué es lo mejor para otro, inclusive para mí.
Nos apegamos a la idea de creernos necesarios e imprescindibles para la vida de otra persona. Y así, también nos apegamos a creer que sin esa otra persona nuestra vida no tendrá sentido.
Vivimos apegados a nuestra soberbia y a nuestro propio desprecio.
Ap-ego es miedo, sobre todo a desaparecer; tiene que ver con el miedo a la muerte y a la no trascendencia. Miedo a no ser importante.
Sólo dejo de ser importante si creo que no lo soy. Y soy tan importante como una mota de polvo.
En el universo de la unicidad no hay grados de importancia ni raseros con los que medirse. No hay muerte sino transformación. El apego se niega a esos cambios. Es como un grano en tu cara que se niega a desaparecer porque cree que te embellece.
¿Eso quiere decir que no tengo que ayudar a nadie o que no tiene sentido crear nada?
No, en absoluto. Es maravilloso ayudar a otro, como lo es también crear. El punto del apego se halla en la intención de tu ayuda o de tu creación; el "para qué". El apoyo incondicional es dar amor a otro por el solo hecho de darlo, sin esperar devoluciones ni reconocimientos. La creación es la expresión del amor que soy. Cuando dejo de disfrutar de lo que hago, deja de ser creación y me atrapa.
Cualquier cosa a la que temo me tiene atrapado.
El amor siempre libera.

¡Disfruta este instante que ya es otro!

⚜ Maga

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