Tras tu temor de mirarte adentro por tus faltas, existe un temor mayor que hace temblar al ego y es el miedo a que veas tu LUZ.
Por eso es importante que mires en tu INTERIOR.
Las alas se despliegan de adentro hacia afuera.
Volvieron a colocarte afuera el amor cuando te dijeron que amaras a
tu hermano pero no te dijeron que para amar a tu hermano debías amarte primero
a ti mismo.
El mundo está repleto de gente que no se ama a sí misma, se
autodestruye, se deja dominar y destruye el planeta.
Es imperioso amarse a uno mismo y dejar de mirar hacia afuera.
Eso es despertar y uno no puede jactarse de estar despierto y
despreciar a quienes no saben amarse.
Ninguna fuerza de Luz es agresiva, Gaia – Amma tampoco lo es,
intenta no serlo tu tampoco en tus formas, principalmente si te llamas “del
lado de la luz”.
Nadie puede enarbolar una bandera que no incluya a la humanidad
completa, porque todos hemos hecho esto, todos somos responsables, también de
aquellos que llamas dormidos, también de aquellos que llamas oscuros.
No se te puso aquí para que asciendas a los cielos y abandones a
Gaia – Amma y a tus hermanos, se te puso aquí para que bajes el cielo a la
tierra, para que pongas allí tu luz. Esta es la misión.
Libéralos, tú los has puesto ahí como testigos de que tienes “razón”.
“El mundo que ves no es sino el testigo fútil de que tenías razón.
Es un testigo demente. Tú le enseñaste cuál tenía que ser su testimonio, y
cuando te lo repitió, lo escuchaste y te convenciste a ti mismo de que lo que
decía haber visto era verdad. Has sido tú quien se ha causado todo esto a sí
mismo. Sólo con que comprendieses esto, comprenderías también cuán circular es
el razonamiento en que se basa tu "visión". Eso no fue algo que se te
dio. Ése fue el regalo que tú te hiciste a ti mismo y que le hiciste a tu
hermano. Accede, entonces, a que se le quite y a que sea reemplazado por la
verdad. Y a medida que observes el cambio que tiene lugar en él, se te
concederá poder verlo en ti mismo.”
(Un Curso de Milagros 21.II.5)
No te dejes engañar por quienes se llenan de palabras y enarbolan
su despertar. Un ser despierto Ama y proclama Paz.
No puede seguirse insistiendo en la separación, el juicio, señalar
al hermano por dormido o por lo que nos convenga en ese momento para poder sentirnos más alto.
Tu crecer, tu elevación no puede ser nunca sobre los demás. Y, si
así lo consideras, ya puedes tener en cuenta que ellos te han ayudado a estar
allí “arriba” donde hoy te pones. ¿Sino cómo habría arriba y abajo, despiertos
o dormidos?
“Cuando se niega la visión, la confusión entre causa y efecto es
inevitable. El propósito ahora es mantener la causa oculta del efecto y hacer
que el efecto parezca ser la causa. Esta aparente autonomía del efecto permite
que se le considere algo independiente, y capaz de ser la causa de los sucesos
y sentimientos que su hacedor cree que el efecto suscita.
Anteriormente hablamos de tu deseo de crear a tu propio creador, y
de ser el padre y no el hijo de él. Éste es el mismo deseo. El Hijo es el
efecto que quiere negar a su Causa. Y así, él parece ser la causa y producir
efectos reales. Pero lo cierto es que no puede haber efectos sin causa, y
confundir ambas cosas es simplemente no entender ninguna de las dos.
Es tan esencial que reconozcas que tú has fabricado el mundo que
ves, como que reconozcas que tú no te creaste a ti mismo. Pues se trata del
mismo error. Nada que tu Creador no haya creado puede ejercer influencia alguna
sobre ti. Y si crees que lo que hiciste puede dictarte lo que debes ver y
sentir, y tienes fe en que puede hacerlo, estás negando a tu Creador y creyendo
que tú te hiciste a ti mismo. Pues si crees que el mundo que construiste tiene
el poder de hacer de ti lo que se le antoje, estás confundiendo Padre e Hijo,
Fuente y efecto.”
(Un Curso de Milagros 21.II.10/11)
No debes colgarte del mensajero. Lo que importa siempre es el
mensaje.
Existe en mi interior una profunda certeza, una verdad inalterable
y esa no puede nombrarse.
Estamos contigo. Amor – Amar.
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