Cuando interrumpes tus
sueños y tu creatividad para comenzar a medir o especular acerca de ellos es
como cuando interrumpes a un niño que está jugando y divirtiéndose para pedirle
que se abrigue o que vaya a comer. No se le puede decir a los sueños cómo
deberían ser o sentirse, dejarían de ser creativos.
Sigue creando desde el
artista, sigue jugando desde el niño, componiendo tu propia melodía y no una
que encaje. Al final acabamos desencajando de nosotros mismos para entrar en un
molde que no nos pertenece, para bailar una música que desconocemos con zapatos
de otro.
Dios te creó a su imagen y semejanza, eso quiere decir que nunca hubo
molde más que el tuyo propio al nacer, el de tu ser tal y como eres.
Cuando
insistes en dejar de jugar con tu niño creativo para volverte un adulto serio
que encaje, estás privando al mundo de tu don, del regalo que trajiste para
darle.
Cada uno trae un regalo único que ofrecer al mundo y muchos se van de
este mundo sin desenvolverlo. Es tu responsabilidad y tu compromiso con el
resto de la humanidad, desenvolver el regalo que traes para todos y que te hace
feliz.
Relaciones con Amor: la más importante es contigo.
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