Cuando no sabes qué estás dando observa lo que estás recibiendo.
Y sal, pues, a dar aquello que anhelas recibir.
Decía también el maestro aquellas sabias palabras de no hagas a tu hermano lo que no te gustaría que éste te hiciera a ti y, con razón, vivimos en una época de miedo y paranoia, porque esta ley universal nos la saltamos y, en verdad, que temeré a aquel a quien he atacado, ya sea en palabra, obra o pensamiento.
No profetices tu desgracia a través del insulto, la difamación o la queja.
Culpar a los demás de la propia situación es como patear un árbol porque no da sombra para el lado que yo quiero.
¡Buenos días profetas del propio destino!
⚜Maga
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